Violencia, Género, y Derechos Humanos. El caso de España.
Por Dr. Enno Winkler
La
Violencia de Género, Violencia Doméstica, Violencia en la Sociedad, y la
Violación de los Derechos Humanos están estrechamente relacionados. Si se
quiere frenar la violencia “de género” de verdad, se tiene
que ser serio y tomar medidas no sólo contra la violencia del hombre, sino
también contra la violencia de la
mujer y la violencia en general que está extendiéndose en la sociedad.
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En el año
2006, según el Instituto Nacional de
Estadística que se basa en los datos del Instituto de la Mujer, fueron
asesinadas en España 126 mujeres - 68 a manos de su pareja o
ex-pareja (73 en 2010)-, versus 249
varones, de los cuales no se sabe cuantos fueron matados por su pareja o ex –pareja. No se
contabiliza. No es noticia.
Tampoco se sabe
ni se contabiliza cuantos niños fueron muertos por sus madres o sus padres, y
cuantos ancianos por sus hijos mujer u
hombre.
A los
asesinatos “de género” - en cuanto a las mujeres muertas detalladamente
publicados en todos los medios de la comunicación -, hay que sumar las muertes por violencia “de
género” ocultadas en otros rubros. No
son noticia tampoco. Por ejemplo:
Suicidios
(reales por acoso insoportable, asesinatos camuflados, etc.): 730 mujeres
versus 2504 hombres.
Envenenamientos
“accidentales”: 102 mujeres versus 475
hombres.
Infartos del
corazón (reales, por ejemplo por acoso estresante, o supuestos, no verificados
por autopsia): 9172 mujeres versus 12842
hombres.
De las estadísticas del Departamento de Justicia de EE.UU sabemos que en 1988 – cuando aún no era común
falsificar u ocultar estos datos - en las
grandes ciudades de los EE.UU. 318
hombres (59%) y 222 mujeres (41%) fueron
acusados de asesinato
de cónyuge. En España,
el Ministerio del Interior publicó en 1997-2002, antes de la asunción del
Gobierno Rodríguez Zapatero, la misma proporción promedia de 59% a 41% de
mujeres y hombres asesinados por sus
parejas.
Hay un dato
interesante de la criminalística alemana en este contexto: Asesinatos cometidos
por hombres tardan meses de media en resolver, asesinatos cometidos por mujeres
años, si son descubiertos del todo.
Las 68 muertes de mujeres por violencia de pareja
o ex-pareja constituyeron el 0,038 % del
total de 177.234 muertes de mujeres en 2006. Pero hay activistas que se
refieren a las muertes por “terrorismo
machista” como primera causa de la mortalidad
femenina. Sólo en accidentes de tráfico, sin embargo, ya
murieron 922 mujeres en 2006. Cada uno de estos casos es escenificado- para no
decir festejado- en todos los medios de la comunicación. Campañas publicitarias
(“La próxima eres tú”, campaña
auspiciada por OCÉ y CANNON en Barcelona) presionan a las
mujeres a denunciar cualquier agresión física, verbal o psicológica cuanto
antes, “para salvarles la vida”. La
Generalitat de Valencia llegó a pegar carteles en el Metro, mostrando la futura
victima pintada de blanca y el agresor
de negro, dejando una percepción racista aparte. Activistas feministas, ONGs, bufetes de abogados,
y medios de comunicación instigan a denuncias, a menudo infundadas, y a menudo para conseguir ventajas gratuitas para la mujer como quedarse con el
domicilio, los hijos, y gran parte del patrimonio del hombre, o
para calentar la lucha anti-varón
(heterosexual). Ya en 2007 la Asociación
Independiente
de Guardia Civil (ASIGC) advirtió tímidamente que sufre sobrecarga por
denuncias falsas. Y en 2010 el Consejo General del Poder Judicial GSJ, en un
balance estadístico sobre los 5 años de vigencia de la Ley Integral contra la
Violencia de Género, constató cientos de miles de denuncias falsas (como
publico en un descuido "EL PAÍS en su versión impresa de fecha
5/01/2011, p.31).
En diciembre
2004 el Congreso aprobó la Ley Integral
Contra la Violencia de Género, hundiéndose
en el cliché de la mujer siempre victima
y del hombre siempre maltratador.
Recurrida por jueces como inconstitucional ante el Tribunal
Constitucional, este - refugiándose en
racionamientos retorcidos- , declaró constitucional lo inconstitucional. La ley
discrimina a los hombres heterosexuales, estableciendo por primera vez
distintas penas para mujeres y hombres,
por delitos idénticos, al considerar la violencia femenina contra el
hombre simple falta, la violencia masculina contra la mujer sin embargo
delito. Además, asumiendo que las
mujeres siempre son honestas, y los hombres mentirosos, los hechos, incluidas
agresiones verbales como insultos, no requieren ser probados sino solo ser
acreditados, lo que significa, que el hombre es considerado culpable si no
logra demostrar su inocencia. Lo que cuestiona - aparte de los principios de
igualdad y de no discriminación- la presunción de inocencia, con todo lo que
ello supone, como advirtió la Asociación Profesional de la Magistratura. Se
creó cortes especiales de violencia sobre la mujer, a los pueden acudir sólo
mujeres pero no hombres maltratados, convirtiendo España en el único país con
tribunales especiales para un sexo. Para camuflar la violación de la
Constitución Española y de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, la Vicepresidenta del Gobierno María Teresa Fernández de la Vega popularizó
el concepto de la “discriminación positiva”, siendo justamente la definición de la discriminación
que es positiva para alguien. ¿Acaso hay
también “robos positivos”, “violencia positiva” (por ejemplo la que pone
limites a la falsedad femenina), y “asesinatos positivos”?. En la actualidad
hay 835 órganos judiciales especializados en violencia sobre la mujer (458
exclusivos con acceso solo para
mujeres), colapsadas por la cantidad de denuncias, con el efecto
contraproducente que ya varias mujeres en situación real de peligro y
posteriormente asesinadas no pudieron
ser atendidas. Las comunidades autónomas
y los ayuntamientos han distribuido entre 2005 y 2007 28,5 Millones de Euros a las entidades que
ayudan a las victimas femeninas. Y el gobierno previó 247 Millones para 2008,
aprobó un programa de inserción sociolaboral para mujeres maltratadas, y habilitó el teléfono 016 de emergencia 24
horas sólo para ellas. Sin embargo,
desconozco medida alguna para ayudar a hombres maltratados. Activistas
feministas, ONGs , bufetes de abogados, empresas de comunicación, y
administraciones públicas han generado
toda una industria de la supuesta “lucha contra el machismo” , que proporciona
dinero publico, cargos, empleos, prestigio, y poder social y político, creando ya intereses propios en
mantener e incluso aumentar la
“violencia de genero”. Sin embargo, a pesar de todo, las muertes de mujeres no han bajado, y las
denuncias de mujeres por maltrato se han
disparado. Por qué?
Es que, de hecho, se está
ignorando, y con intención, la mitad del problema: la mujer como agresor (Dr.
Murray Strauss, Universidad de New Hampshire). Que las mujeres no son tan
inocentes, fue demostrado en un sinfín de estudios científicos no sesgados en
los países desarrollados. Dr. Martin S. Fiebert, del Departamento de Psicología
de la Universidad de California Long Beach, recopiló 246 de ellos, con una
muestra total de más de 237.750 individuos, demostrando que las mujeres son
físicamente tan o aún más agresivas con
su pareja que los hombres. El
U.S. Center for Disease Control and Prevention Report publicó, que en
relaciones violentas la mitad de las agresiones es reciproca. En relaciones con violencia no reciproca, las mujeres son el
agresor en el 70%. Y un estudio de la Universidad alemana de Bremen
reveló, que durante el proceso de separación o divorcio las agresiones físicas
empiezan en 60% por la mujer, en 18% por el hombre, y en 22% por ambos. Erin
Pizzey, feminista y fundadora del primer albergue para mujeres maltratadas,
describió en su análisis “Trabajando con mujeres violentas”
su experiencia con mujeres agresivas a
las que llama “terroristas de familia”. Un acercamiento serio a la problemática de la violencia “de género” ofrecen sitios Web como
www.mediaradar.org y www.dvmen.org
La violencia
“de género” se origina en un conflicto de pareja, como ocurre en cualquier
relación entre personas, grupos, pueblos, y estados. Estos conflictos son parte
normal de la vida. Se soluciona dialogando,
aceptando argumentos razonados, respetando al otro, conservándole su autoestima y su imagen. Sin
embargo, cuando una parte se cierre a la razón, por falta de educación, por mal
carácter, por alteraciones psíquicas, por baja autoestima, por querer imponerse
a todo costo, por estrés, por frustraciones, heridas y fracasos sufridos en la
vida, o por temor a la pérdida de su vida en pareja, de su familia, o de su
ambiente o nivel social, se inicia una cadena
escalonada de agresiones y
humillaciones psíquicas y verbales mutuas, hasta llegar a veces a la
violencia física. Que este proceso no tiene nada que ver con la Testosterona,
sino con factores sociales, demuestran cada vez más estudios científicos (C.Eisenegger
et al.: Prejudice and truth about the effect of testosterone on human
bargaining behaviour, Nature 463, 356-359). En este comportamiento de hombres y
mujeres se puede cambiar algo sólo cuando la historia común de estas relaciones
conflictivas puede ser labrado juntos, en su caso con ayuda tercera. Sin embargo,
todas las formas constructivas de
soluciones comunicativas de estos conflictos, de mediación y orientación/terapia, de
reconciliación, o de separación pacifica, son asfixiados desde el
principio, cuando a uno de los partidos
en conflicto, la mujer, se le da la instrumentación legal y gratuita para
acabar con su pareja en forma sencilla y
sin riesgo alguno, denunciándole, y
quitarle no sólo su domicilio, la patria potestad, su subsistencia
material, y su entorno social, sino
además exhibirle en público como agresor malo (y a si misma como la pobre
victima buena). Sólo mujeres pueden usar la amenaza de la denuncia policial, judicial, y social como arma
creíble, con esto convirtiendo a los hombres en presos suyos.
El hombre
maltratado en cambio no encuentra ninguna ayuda, ningún teléfono,
ninguna institución oficial ni ONG que
le ofrecen atención. Nadie, ni el gobierno ni las autonomías ni las ONG gastan ni un centavo para él. También esto constituye una
violación franca del artículo constitucional
sobre la igualdad. No denuncia, porque sabe que con esto cierra todo camino
a una solución no catastrófica que le
despoja -a contrario a la mujer- de sus hijos, de su familia, de su casa, de su sustento económico, y de
sus relaciones sociales. Y porque se avergüenza y teme una segunda victimización: la
ridiculización, la humillación, y el rechazo a que los hombres son sometidos
cuando ellos denuncian maltratos. La “discriminación positiva” oficial aumenta
aún más su sensación de trato injusto, indefensión,
y desesperación. Al fin, a veces, el suicidio, el homicidio de la pareja, o
ambos actos, le parecen ser la única solución de salir de la pesadilla y terminar con su martirio. La victima verdadera se convierte así en
autor y la autora verdadera en víctima.
No sabemos cuantos hombres se suicidaron por problema de pareja, pero sí que
38% de los agresores mortales en 2006
intentaron suicidarse o se suicidaron. El hombre que se suicida por
problemas de pareja también es una victima de la violencia de género. Estas
muertes no son investigadas ni contabilizadas, ni por los medios de la
comunicación, ni por ONGs como Amnistía Internacional, ni por Sanidad, ni por el Gobierno, ni por la
ONU.
El término
“violencia de género” para la violencia contra la mujer fue ideado y difundido
en el Congreso sobre la Mujer, celebrado en Pekín 1995 bajo los auspicios de la
ONU. Es un concepto malintencionado y
mentiroso, por varias razones: Primero,
elude la denominación “violencia de género masculina” o “violencia masculina”,
para así sacar de la vista ya de antemano la coexistencia de la violencia
femenina, que también tendría que combatirse. Segundo,
endilga que haya una violencia específica por dependencia de la mujer del
hombre, cuando en realidad hay un complejo de dependencias mutuas. Tercero,
porque promueve una idea racista, suponiendo que la violencia del hombre se
dirige contra la mujer como género, y no
simplemente contra su pareja o ex-pareja. Que la violencia “de genero”
no es un problema de género, sino de la agresividad humana propia, sugiere ya
el hecho de que hay violencia de alrededor de 30% tanto en las parejas gay como
en las parejas lesbianas. Y cuarto, que es violencia? Lo es un reproche que las
activistas feministas fanáticas ya consideran un delito cuando es pronunciado
por un hombre, y que en este caso quieren que se denuncie y castigue? El concepto “violencia de género” se
desenmascara así como arma de la lucha del extremismo feminista, bajo
cuya denominación se está cometiendo en realidad una violación masiva de los
derechos fundamentales de la parte no femenina de la población. Desconozco
movimiento masculino alguno que pretende destruir a la mujer como género. En
cambio, el afán feminista sexista de
estigmatizar y criminalizar al hombre
como tal, es justamente esto, un crimen de género, cuya propagación,
provocación y consumación tendría que ser penalizado en un estado democrático
de derecho.
Al extremismo feminista y su ideología totalitaria de
género, que exige mirar, describir y tratar
todos los aspectos de la vida y de la sociedad bajo la perspectiva de
género, dividiendo la humanidad en dos tribus enfrentados de mujeres y hombres
así destruyendo la cohesión social y restando legitimidad a reivindicaciones
justas de feministas igualitarias, se ha sumado en los últimos años el
homosexualismo fanático de ambos géneros, que entiende la lucha contra la
violencia “machista” como oportunidad única para acabar con la familia
heterosexual como modelo base de la sociedad.
En la realidad actual el homosexualismo sexista ya lidera el radicalismo
feminista y ha logrado infiltrar y secuestrar a grandes segmentos de la
política, de los medios de la comunicación, y de la justicia.
Como es propio de una ideología totalitaria, el extremismo
feminista está imponiendo incluso reglamentos de lenguaje como Códigos y
Decálogos de “buenas prácticas” en el tratamiento
informativo de la violencia de género, como el que firmó la Vicepresidenta
Primera de la Junta de Castilla y León el 3/07/2006 y que prohíbe publicar
ciertos hechos o testimonios de familiares y vecinos, permitiendo sólo el
testimonio de “expertas en violencia machista”.
La violencia de
pareja no es algo aislado. Forma parte de la violencia generalizada en la
sociedad: La violencia entre niños, estudiantil (un tercio de los alumnos
encuestados en un estudio de la Universidad Católica de Valencia
admitió, que roba, insulta a profesores, y se mete en peleas), lúdica (videojuegos, TV), social, xenofóbica (social y
administrativa), laboral, económica, política, ideológica/religiosa, de padres
a hijos (cuando estos son pequeños), de hijos a padres (cuando son más
grandes), y de ancianos y contra ancianos. Una consideración especial en el
contexto de este artículo merece la violencia doméstica contra niños, quienes
constituyen el colectivo más grande de victimas, más que el doble del conjunto
de victimas mujeres, hombres y ancianos,
todos juntos. Sin que este hecho – siendo la situación de los niños mucho más
dramática por su vulnerabilidad e indefensión
total - provoca tanta revuelta mediática y administrativa como la
violencia “de genero”. Según el Child
Maltreatment Report 2006 del Ministerio de Salud de Estados
Unidos, los agresores en maltratos de niños fueron en 39,9 % las madres, en
17,6% los padres, y en 17,8% ambos. En los casos de muerte de niños el autor
fue la madre en 27,4%, el padre en 13,1%, y ambos en 22,4%. También estas cifras no respaldan justamente
la imposición feminista radical, que sólo el hombre sea violento y la mujer no.
Pero a nadie se le ocurre reivindicar esta violencia contra los niños como terrorismo feminista.
Cuales son las
causas de la violencia? El fenómeno de la violencia es determinado por el fondo
genético, la educación, las situaciones condicionantes, el desencadenamiento, y
finalmente la consumación. Para combatir la violencia se debe influir directa- o
indirectamente en todos estos factores.
Un cierto stock de
agresividad es parte inherente de la
psicología de todos los humanos, sean hombres o mujeres. Como se maneja
este potencial agresivo se aprende (especialmente en la niñez) mediante
el ejemplo de los miembros de la familia y del entorno social, y
a través de la enseñanza proactiva por la familia, la escuela, y la sociedad en
su conjunto. No atendiendo la violencia infantil por ser “cosa de niños”, obstaculizando o objetando la enseñanza ética intercultural e
interconfesional en la enseñanza obligatoria (si bien la actual corrupción
ideológica hace temer el adoctrinamiento entre otro en la ideología de género),
la omnipresencia de la violencia como "normal" en videojuegos, películas, televisión, prensa, y en la sociedad en
general, y la falta de persecución y castigo de violencia que no es "de
género", constituyen una educación para la violencia.
Las situaciones condicionantes de la
violencia son de origen interno (alteraciones psíquicas como baja autoestima;
falta de autocontrol; frustración; maldad; sadismo; criminalidad genuina), o de
origen externo (educación deficiente;
ambiente violento; drogadicción; enfermedad física; maltrato, acoso, amenaza, y
discriminación, de cualquier origen; estrés
familiar o de pareja, escolar, laboral (empleo temporal, esclavitud
camuflada), habitacional (encarcelamiento en pequeños pisos), económico,
xenofóbico, etcétera).
El desencadenamiento de la agresión puede
ser involuntario, como en el escape emocional,
o intencional, para
imponerse, satisfacerse, vengarse,
liberarse de una carga amenazante
o asfixiante, o conseguir bienes, poder, y estados sociolaborales, económicos,
y políticos que serían difícil de conseguir legalmente, sin capacidad, o sin esfuerzo.
La consumación de la violencia finalmente
se produce como agresión verbal, psicológica o física, o como una
combinación de estas.
Creo que se
requiere con urgencia un análisis profundo y responsable de la situación. Creo
que hay que poner las cosas en su lugar.
Si se quiere frenar la violencia de pareja de verdad, se tiene que
ser serio y tomar medidas no sólo contra
la violencia del hombre, sino también contra la violencia de la mujer y la
violencia en general que está extendiéndose en la sociedad.
Qué se puede,
qué se debe hacer?
I.
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Medidas
especificas: Desgenerizar y
desideologizar las leyes, las ayudas y la lucha contra la violencia de
pareja y hacerlas más efectivas.
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1)
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No castigo preventivo, sino ayuda preventiva. Cambiar el castigo preventivo
contra el género varón por la ayuda para ambos géneros. Simples conflictos de
pareja no deben -con la “ayuda” de
individuos o grupos ideologizados o con intereses económicos - desencadenar tragedias humanas. En vez de
echar más leña al fuego y fomentar infundadas denuncias criminales u otras
acciones destructivas, se logra mejor protección para la victima con medidas
de pacificación, mediación y orientación, y con nuevas técnicas como los
dispositivos de ubicación y telealarmas. Para tal efecto debe haber centros
imparciales, no sólo contra la violencia
machista, sino contra cualquier violencia entre personas, compuestos
por psicólogos, trabajadores sociales,
educadores psicosociales , y abogados, adonde puede acudir cualquier maltratado, sea mujer, hombre, niño o anciano, en igualdad de condiciones y sin humillaciones,
para ser escuchado, para buscar consejo, ser ayudado a recuperar o mejorar su
autoestima, pedir mediación/intervención, obtener apoyo para la
reconciliación o -en su caso- la
aceptación y superación de la
separación (la cual puede abrir también nuevas y mejores oportunidades para ambas
partes en conflicto), sin sentirse derrotado, o para presentar denuncia. En
caso de peligro objetivo el centro debe tener la potestad a iniciar de
oficio medidas policiales y
judiciales. El teléfono 24 horas 016
debe atender a todas las victimas de la violencia, independientemente de su
sexo o edad.
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2)
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Los
recursos públicos económicos, organizativos,
y asistenciales deben ser distribuidos a instituciones y
organizaciones que ayudan en forma equitativa a mujeres, hombres, niños, y
ancianos, y no a entidades que abusan
de estos medios para lucrarse o financiar
su lucha ideológica particular, incitando al odio y generando más
violencia. Deben ser sometidas a las órdenes
de la ley del Gobierno de 2003 y la ley de Igualdad, de 2007, que exigen un
informe de impacto de género, a fin de poder modificar y corregirlas según su
incidencia en la igualdad entre hombres y mujeres, sin sesgo sexista como
ocurre en la actualidad.
La
escasez y gran dispersión de los recursos económicos, por otro lado, y la fragmentación aún más de la ayuda por
organizaciones e instituciones involucradas que hace que la victima ni
siquiera sabe adónde, a quién, y para qué específicamente mejor dirigirse,
sugieren una concentración financiera, institucional y local de la lucha
contra la violencia y de la ayuda a las victimas. Para 2009 fueron
concertados oficinas de atención a
victimas de actos violentos en 3 hospitales de la Comunidad
Valenciana. Estas oficinas estaban previstas a contar con la asistencia de un
psicólogo o un trabajador social, más un letrado, con el fin de que, desde el
propio hospital, se disponga de una primera orientación ante un eventual
procedimiento judicial. Porqué no ampliar esta iniciativa y concentrar la
ayuda médica, psicosocial, orientativa familiar, educativa, jurídica etc. que
hasta ahora ejercen los centros de salud, centros públicos de
orientación/mediación familiar (en
Valencia ni el Gobierno sabe donde están), y un sinfín caótico de
organizaciones, instituciones, y administraciones, en Centros Integrales para
la Convivencia, asentados en los principales centros de salud? Centros
Integrales para la Convivencia que
-aprovechando la ocasión- atienden no sólo la violencia "de
género", sino la violencia contra personas en general que está
peligrando cada vez más la estabilidad de la sociedad?
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|
3)
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Por lo
menos mientras dure el enfoque de igualdad de género en la sociedad, cada ley
y cada medida administrativa deben ser
sometidas a una prueba no sesgada de su impacto sobre la igualdad, pero no
sólo de "genero" y no sólo en lo económico, sino en todo a lo que
se refiere la igualdad del Artículo 14 de la Constitución. La legislación
sobre la violencia de pareja debe ser adecuada a la Constitución, al marco
legal europeo, y a los Derechos Humanos plasmados en la Carta de las Naciones Unidas. La penalización
del acoso (también del acoso sexual),
de la agresión verbal y física, y del
homicidio debe ser igual para hombre y mujer. Denuncias falsas deben ser castigadas con todo el rigor de la ley,
y la instigación a la denuncia falsa debe ser tipificada y castigada como el
delito mismo. Igualdad no se consigue
imponiendo una ideología racista y creando desigualdad. Igualdad hay cuando el género no tiene
relevancia social, legal, profesional ni política, porque todos tienen los
mismos derechos y oportunidades, y cuando los medios de la comunicación no
lamentan sólo el asesinato de una mujer por un hombre, sino también el
asesinato de un hombre por una mujer. La "Ley Integral Contra la
Violencia de Género" actual descalifica España – y cualquier otro estado
con semejante legislación- como estado democrático de derecho.
|
|
4)
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Los
medios de comunicación deben desistir de prestarse a la lucha ideológica
de un grupo enloquecido de un
género. Deben comunicar y contabilizar
agresiones y muertes violentas, sea de mujer, hombre, anciano o niño, en forma seria, independiente, y
equilibrada, evitando fomentar el odio sexista o incitar a la imitación. El consumidor paga por
información y no por adoctrinamiento (www.HumanRightsAction.org/information). En caso contrario estos medios son un
promotor más de la violencia.
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|
II.
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Medidas
generales:
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Fomentar
todas las actuaciones u omisiones que crean justicia social y aseguran el
bienestar psíquico-físico, cultural, social, y material de las personas,
independientemente de su sexo, etnia, o confesión, reduciendo así su
conflictividad. Desarrollar, enseñar, propagar, y practicar la cultura de la convivencia pacífica en la
familia, en los ámbitos de la educación, formación, trabajo, diversión,
información, política, confesión, y en la vida privada y pública en general.
Incluir en la enseñanza obligatoria un código simple de ética universal,
interétnica, e ínterconfesional (www.HumanRightsAction.org/ethics).
Y -last not least- porqué no cambiar
el Ministerio para la Igualdad en un Ministerio para la Igualdad y Convivencia,
extendiendo el significado de igualdad a todas las personas?
|
Hay muchas
mujeres que sufren por la violencia de su pareja o ex-pareja. Pero también hay muchos hombres que están en la misma
situación.
La lucha contra
la violencia “de género" no se gana mientras que se niega la coexistencia
de la violencia femenina y el alto nivel de la violencia en general en la
sociedad, y mientras que se premia cada nueva muerte de mujer con más
dinero y más puestos para una corruptela feminista sexista que se aprovecha del clima violento para
llevar agua a sus molinos y estigmatizar y criminalizar a la otra mitad de la
humanidad, los hombres heterosexuales.
Aparte del
coste humano y social, y aparte del gasto público directo de esta cruzada
sexista paranoica, ¿ ya se ha calculado
las pérdidas económicas a causa de la destrucción de existencias, proyectos, y
empresas de los hombres afectados, y su impacto en el Producto Interno Bruto de
España?
Según el Dr.
Murray Strauss la violencia contra
mujeres no terminará hasta que también las mujeres dejan la violencia.
Las actuales
soluciones interesadas son contraproducentes y requieren urgentemente una
profunda reflexión, revisión y reorientación. Para que haya menos sufrimiento y
muertes de mujeres, - y de hombres,
niños, y ancianos.
Copyright 2008/2011 Dr.Enno Winkler
Post scriptum personal
(22.08.10):
La contribución
que antecede fue indagada y redactada en su primera versión entre 2007 y 2008
para el diario español EL PAIS (Madrid),
pero rechazada el 12.12.2008 por falta de espacio, pretexto no creíble ante el
flujo incesante de artículos feministas beligerantes para los que sí hay
espacio.
A pesar de la
alegada falta de espacio, el 4 .01.2009
la edición DOMINGO de EL PAÍS publicó una especie de respuesta de 5 paginas
enteras, encabezado por una foto de pies de hombres vadeando por un charco de
sangre, y con los titulares “¿Por qué las siguen matando?” y “Sangre de mujer”.
Ante la no
publicación, el artículo que pretendía analizar sin sesgos el problema de la
violencia “de género” y de la violencia en general en la sociedad, y en plano personal abrir una vía de
comunicación racional con mi mujer, fue dado a conocer en 2008 al Presidente
del Gobierno, al Ministerio de Igualdad, a los partidos políticos, a otros
medios de comunicación, y a organizaciones públicas y privadas vía correo
ordinario o electrónico.
El diario español EL PAÍS es líder hispano en la
desinformación feminista y homosexualista
sexista. Discrimina, miente, manipula y oculta información y opinión,
engañando y ofendiendo al lector que paga por información y no por adoctrinamiento.
Incita al odio sexista y por ende a la violencia, destruyendo parejas, familias
y vidas. No sólo es miserable, lo considero criminal.
Algunos citados que ejemplifican la línea editorial y el lenguaje sexista de
El País:
1---“...las chiquitinas ven que el pobre chaval tiene todas
las cosas sueltas al aire, con el
siguiente peligro de que se las amoraten a hostias, amputen con serrucho
o lapiden
con lapislázuli.” (Maruja Torres, El País Semanal,
6.12.2009, p.8).
2--- “...se ha demostrado que las denuncias falsas, el SAP
(Síndrome de Alienación Parental), (y) la violencia de las mujeres... no son ciertas” (Miguel Lorente
Acosta, Delegado del Gobierno para la Violencia de Género y asalariado del
Ministerio de Igualdad, en un articulo tipificado como “Análisis “, El País, 31.05.2010, p.39).
3---“Aún hay muchas mujeres que no saben que son
maltratadas” (María Quintana, El
País, 2.01.2010,
p.33), (por lo cual la Ministra Bibiana
Aído anunció en Junio 2010, que va a intensificar las campañas de concientización.).
4--- “El SAP (Síndrome de Alienación Parental) se lo
inventó en 1985 un tal Gardner... (psiquiatra norteamericano. Según Gardner, si
un niño dice que su padre ha abusado de él, siempre es por el SAP, o sea,
porque la madre, tan perversa ella, le ha comido el coco.) Este síndrome
demencial ha sido universalmente desautorizado por la comunidad científica.”
(Rosa Montero en un artículo titulado “Terror”, en el marco de la campaña de El
País contra la custodia compartida. El País, 8.06.2010, contraportada).
5---“El aumento de mujeres asesinadas por sus parejas o ex
parejas coincide con
campañas neomachistas... Algunos de los asesinos se han
suicidado después. Podrían haber empezado por lo segundo, digo yo.” (Rosa
Pereda, El País, 15.06.2010, p.27).
Justo esto último sin embargo, suicidarse “antes”, hace la
mayoría de los hombres maltratados
muertos. Se quitan la vida marchándose en silencio y solo, engrosando las
estadísticas inocentes de suicidios y accidentes. Y a nadie se le ocurre
preguntar por qué lo hicieron. Criminales como maltratadores/as,
instigadores/as al odio, y asesinos/as
verdaderos no suelen suicidarse. Los que matan primero y se suicidan recién
después, muchas veces lo hacen por desesperación existencial y por no aguantar
que ellos se mueran mientras la causa de
su infierno disfruta de su “victoria” y nueva vida. Esto no quiere saber ni
publicar el feminismo patológico.
Adjunto la modificación de un llamamiento publicado en
Internet el 10.12.2009:
Racismo de Género
La ministra Aído anunció en noviembre 2009 que su ministerio de Igualdad
está trabajando en aumentar la protección de los menores expuestos a la
violencia machista (idea que fue relanzada por el diario El País el 22/08/2010,
p. 26-27).
Pero por qué no proteger también a los niños expuestos a la violencia de
sus madres? Según el Child Maltreatment
Report 2006 del Ministerio de Salud de Estados Unidos, los agresores en
maltratos de niños fueron en 39,9 % las madres, en 17,6% los padres, y en 17,8%
ambos. En los casos de muerte de niños el autor fue la madre en 27,4%, el padre
en 13,1%, y ambos en 22,4%.
Con que fin el Ministerio de Igualdad gasta tanto dinero público
para esconder, alterar y falsificar realidades sociales y datos científicos? Y
los medios de la comunicación? No es su deber democrático de informar
correctamente y permitir una discusión seria, en vez de censurar, manipular y
ocultar información y opinión?
Es escandaloso, que un gobierno que distribuye millones de los impuestos de todos los
ciudadanos para la “alianza de las civilizaciones”, en el propio país gasta aún
más para dividir y enfrentar a los géneros que anteriormente no se entendieron
como etnias diferentes, así destruyendo igualdad y cohesión social. ¿Es una
mera coincidencia que el gobierno no invierte nada en la orientación/mediación
familiar?
Leyendo casi todos los días publicaciones beligerantes de feministas
racistas incitando al odio contra el género hombre, y teniendo en memoria
fresca el linchamiento mediático del joven Diego P.V., quien resultó
completamente inocente y constituye sólo la punta del iceberg de hombres
maltratados y aniquilados, hace inevitable tomar medidas contra esta psicosis
colectiva fomentada por el gobierno y los medios de comunicación. Por ejemplo:
1) emprender una campaña cartelera
en todo el país, a ser pagada por el ministerio de igualdad, con el lema
Igualdad de género, sí!
Racismo de
género, no!
2) crear un Instituto del Hombre y un Observatorio de la Violencia
hembrista, con un presupuesto estatal
igual a lo del Instituto de la mujer y su Observatorio de la violencia machista
(20 millones Euros de dinero público).
3) realizar campañas de concientización también a los
hombres españoles que todavía no saben que son maltratados, con financiación a
cargo del ministerio de igualdad.
4) habilitar en Internet una lista abierta de “También yo fue maltratado
por una mujer en mi vida”, en que pueden inscribirse los hombres y niños
varones de todo el mundo que alguna vez fueron maltratados por una
mujer/madre/hija/hermana.
5) exigir igualdad en el trato de los extranjeros indocumentados. No sólo
las mujeres que denuncian a sus compañeros deben obtener la residencia legal,
sino también los hombres que denuncian a sus compañeras.
6) exigir una ley de igualdad de
cuotas de género en redacciones, profesorados, alumnados universitarios,
atención sanitaria, etc. La mitad
mujeres, la otra mitad hombres.
7) presentar denuncias criminales contra la Ministra de Igualdad por
incitación al odio sexista y racismo de
género, y por malversación de fondos públicos/violación de las normativas de la
ley sobre el impacto de género de los recursos financieros públicos.
.
Al hombre maltratado, a los niños maltratados, y a las
familias destruidas falta claramente visibilidad. Pongámosla! Y sustituimos en
proporción de igualdad a las/los racistas sexistas, aprovechadores, "héroes",
y tontos útiles que tienen secuestradas a las redacciones, instituciones
educativas, y administraciones, de donde intoxican impunemente a la
sociedad e incitan al odio sexista y por ende a la violencia.
http://www.humanrightsaction.org/violence/spanish.html