viernes, 9 de noviembre de 2012


Violencia, Género, y Derechos Humanos. El caso de España.


Por Dr. Enno Winkler
La Violencia de Género, Violencia Doméstica, Violencia en la Sociedad, y la Violación de los Derechos Humanos están estrechamente relacionados. Si se quiere frenar  la  violencia “de género” de verdad, se tiene que ser serio y tomar medidas no sólo contra la violencia del hombre, sino también contra la  violencia de la mujer y la violencia en general que está extendiéndose en la sociedad.
En el año 2006,  según el Instituto Nacional de Estadística que se basa en los datos del Instituto de la Mujer, fueron asesinadas en España  126 mujeres - 68 a manos de su pareja o ex-pareja  (73 en 2010)-, versus 249 varones, de los cuales no se sabe cuantos fueron matados  por su pareja o ex –pareja. No se contabiliza. No es noticia.
Tampoco se sabe ni se contabiliza cuantos niños fueron muertos por sus madres o sus padres, y cuantos ancianos por sus hijos  mujer u hombre.
A los asesinatos “de género” - en cuanto a las mujeres muertas detalladamente publicados en todos los medios de la comunicación -,  hay que sumar las muertes por violencia “de género”  ocultadas en otros rubros. No son noticia tampoco.  Por ejemplo: 
Suicidios (reales por acoso insoportable, asesinatos camuflados, etc.): 730 mujeres versus 2504 hombres.
Envenenamientos “accidentales”: 102 mujeres versus 475  hombres.
Infartos del corazón (reales, por ejemplo por acoso estresante, o supuestos, no verificados por autopsia): 9172 mujeres versus 12842  hombres.
De las estadísticas del Departamento de Justicia de EE.UU  sabemos que en 1988 – cuando aún no era común falsificar u ocultar estos datos - en las grandes ciudades de los EE.UU.  318 hombres (59%) y 222 mujeres (41%) fueron acusados de asesinato de cónyuge. En España, el Ministerio del Interior publicó en 1997-2002, antes de la asunción del Gobierno Rodríguez Zapatero, la misma proporción promedia de 59% a 41% de mujeres y  hombres asesinados por sus parejas.
Hay un dato interesante de la criminalística alemana en este contexto: Asesinatos cometidos por hombres tardan meses de media en resolver, asesinatos cometidos por mujeres años, si son descubiertos del todo.
Las  68 muertes de mujeres por violencia de pareja o ex-pareja constituyeron  el 0,038 % del total de 177.234 muertes de mujeres en 2006. Pero hay activistas que se refieren a las muertes  por “terrorismo machista” como primera causa de la mortalidad femenina. Sólo en accidentes de tráfico, sin embargo, ya murieron 922 mujeres en 2006. Cada uno de estos casos es escenificado- para no decir festejado- en todos los medios de la comunicación. Campañas publicitarias (“La próxima eres tú”, campaña auspiciada por OCÉ y CANNON en Barcelona) presionan a las mujeres a denunciar cualquier agresión física, verbal o psicológica cuanto antes,  “para salvarles la vida”. La Generalitat de Valencia llegó a pegar carteles en el Metro, mostrando la futura victima pintada de blanca y  el agresor de negro, dejando una percepción racista aparte.  Activistas feministas, ONGs, bufetes de abogados, y medios de comunicación instigan a denuncias, a menudo infundadas, y a menudo para conseguir ventajas gratuitas para la mujer como quedarse con el domicilio, los hijos, y gran parte del patrimonio del hombre, o para  calentar la lucha anti-varón (heterosexual). Ya en 2007 la Asociación
Independiente de Guardia Civil (ASIGC) advirtió tímidamente que sufre sobrecarga por denuncias falsas. Y en 2010 el Consejo General del Poder Judicial GSJ, en un balance estadístico sobre los 5 años de vigencia de la Ley Integral contra la Violencia de Género, constató cientos de miles de denuncias falsas (como publico en un descuido "EL PAÍS en su versión impresa de fecha 5/01/2011, p.31).
En diciembre 2004 el Congreso aprobó  la Ley Integral Contra la Violencia de Género, hundiéndose  en el cliché de la mujer siempre victima  y del hombre siempre maltratador.  Recurrida por jueces como inconstitucional ante el Tribunal Constitucional, este -  refugiándose en racionamientos retorcidos- , declaró constitucional lo inconstitucional. La ley discrimina a los hombres heterosexuales, estableciendo por primera vez distintas penas para mujeres y hombres,  por delitos idénticos, al considerar la violencia femenina contra el hombre simple falta, la violencia masculina contra la mujer sin embargo delito.  Además, asumiendo que las mujeres siempre son honestas, y los hombres mentirosos, los hechos, incluidas agresiones verbales como insultos, no requieren ser probados sino solo ser acreditados, lo que significa, que el hombre es considerado culpable si no logra demostrar su inocencia. Lo que cuestiona - aparte de los principios de igualdad y de no discriminación- la presunción de inocencia, con todo lo que ello supone, como advirtió la Asociación Profesional de la Magistratura. Se creó cortes especiales de violencia sobre la mujer, a los pueden acudir sólo mujeres pero no hombres maltratados, convirtiendo España en el único país con tribunales especiales para un sexo. Para camuflar la violación de la Constitución Española  y de  la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Vicepresidenta del Gobierno María Teresa Fernández de la Vega popularizó el concepto de la “discriminación positiva”, siendo justamente la definición de la discriminación que es positiva para alguien.  ¿Acaso hay también “robos positivos”, “violencia positiva” (por ejemplo la que pone limites a la falsedad femenina), y “asesinatos positivos”?. En la actualidad hay 835 órganos judiciales especializados en violencia sobre la mujer (458 exclusivos  con acceso solo para mujeres), colapsadas por la cantidad de denuncias, con el efecto contraproducente que ya varias mujeres en situación real de peligro y posteriormente asesinadas  no pudieron ser atendidas.  Las comunidades autónomas y los ayuntamientos han distribuido entre 2005 y 2007   28,5 Millones de Euros a las entidades que ayudan a las victimas femeninas. Y el gobierno previó 247 Millones para 2008, aprobó un programa de inserción sociolaboral para mujeres maltratadas,  y habilitó el teléfono 016 de emergencia 24 horas sólo para ellas. Sin embargo,  desconozco medida alguna para ayudar a hombres maltratados. Activistas feministas, ONGs , bufetes de abogados, empresas de comunicación, y administraciones públicas han generado  toda una industria de la supuesta “lucha contra el machismo” , que proporciona dinero publico, cargos, empleos, prestigio, y poder social y  político, creando ya intereses propios en mantener  e incluso aumentar la “violencia de genero”. Sin embargo, a pesar de todo, las muertes  de mujeres no han bajado, y las denuncias  de mujeres por maltrato se han disparado. Por qué?
Es que, de hecho, se está ignorando, y con intención, la mitad del problema: la mujer como agresor (Dr. Murray Strauss, Universidad de New Hampshire). Que las mujeres no son tan inocentes, fue demostrado en un sinfín de estudios científicos no sesgados en los países desarrollados. Dr. Martin S. Fiebert, del Departamento de Psicología de la Universidad de California Long Beach, recopiló 246 de ellos, con una muestra total de más de 237.750 individuos, demostrando que las mujeres son físicamente tan o aún más  agresivas con su pareja que los hombres. El U.S. Center for Disease Control and Prevention Report publicó, que en relaciones violentas la mitad de las agresiones es reciproca. En  relaciones con  violencia no reciproca, las mujeres son el agresor en el 70%. Y un estudio de la Universidad alemana de Bremen reveló, que durante el proceso de separación o divorcio las agresiones físicas empiezan en 60% por la mujer, en 18% por el hombre, y en 22% por ambos. Erin Pizzey, feminista y fundadora del primer albergue para mujeres maltratadas, describió en su análisis “Trabajando con mujeres violentas” su experiencia con mujeres agresivas  a las que llama “terroristas de familia”. Un acercamiento  serio a la problemática de la violencia  “de género” ofrecen sitios Web como www.mediaradar.org y www.dvmen.org
La violencia “de género” se origina en un conflicto de pareja, como ocurre en cualquier relación entre personas, grupos, pueblos, y estados. Estos conflictos son parte normal de la vida. Se soluciona dialogando,  aceptando argumentos razonados, respetando al otro,  conservándole su autoestima y su imagen. Sin embargo, cuando una parte se cierre a la razón, por falta de educación, por mal carácter, por alteraciones psíquicas, por baja autoestima, por querer imponerse a todo costo, por estrés, por frustraciones, heridas y fracasos sufridos en la vida, o por temor a la pérdida de su vida en pareja, de su familia, o de su ambiente o nivel social, se inicia una cadena  escalonada de agresiones y  humillaciones psíquicas y verbales mutuas, hasta llegar a veces a la violencia física. Que este proceso no tiene nada que ver con la Testosterona, sino con factores sociales, demuestran cada vez más estudios científicos (C.Eisenegger et al.: Prejudice and truth about the effect of testosterone on human bargaining behaviour, Nature 463, 356-359). En este comportamiento de hombres y mujeres se puede cambiar algo sólo cuando la historia común de estas relaciones conflictivas puede ser labrado juntos, en su caso con ayuda tercera. Sin embargo, todas las formas  constructivas de soluciones comunicativas de estos conflictos, de  mediación y orientación/terapia, de reconciliación, o de separación pacifica, son asfixiados desde el principio,  cuando a uno de los partidos en conflicto, la mujer, se le da la instrumentación legal y gratuita para acabar con  su pareja en forma sencilla y sin riesgo alguno, denunciándole,  y quitarle no sólo su domicilio, la patria potestad, su subsistencia material,  y su entorno social, sino además exhibirle en público como agresor malo (y a si misma como la pobre victima buena). Sólo mujeres pueden usar la amenaza de la denuncia  policial, judicial, y social como arma creíble, con esto convirtiendo a los hombres en presos suyos.
El hombre maltratado en cambio no encuentra ninguna ayuda, ningún teléfono, ninguna institución oficial ni  ONG que le ofrecen atención. Nadie, ni el gobierno ni las autonomías ni las ONG  gastan ni un centavo  para él. También esto constituye una violación franca  del artículo constitucional sobre la igualdad. No denuncia, porque sabe que con esto cierra todo camino a  una solución no catastrófica que le despoja -a contrario a la mujer- de sus hijos, de su familia,  de su casa, de su sustento económico, y de sus relaciones sociales. Y porque se avergüenza y  teme una segunda victimización: la ridiculización, la humillación, y el rechazo a que los hombres son sometidos cuando ellos denuncian maltratos. La “discriminación positiva” oficial aumenta aún más su sensación de trato injusto,  indefensión, y desesperación. Al fin, a veces, el suicidio, el homicidio de la pareja, o ambos actos, le parecen ser la única solución de salir de la pesadilla y  terminar con su martirio.  La victima verdadera se convierte así en autor y  la autora verdadera en víctima. No sabemos cuantos hombres se suicidaron por problema de pareja, pero sí que 38% de los agresores mortales en 2006  intentaron suicidarse o se suicidaron. El hombre que se suicida por problemas de pareja también es una victima de la violencia de género. Estas muertes no son investigadas ni contabilizadas, ni por los medios de la comunicación, ni por ONGs como Amnistía Internacional,  ni por Sanidad, ni por el Gobierno, ni por la ONU.
El término “violencia de género” para la violencia contra la mujer fue ideado y difundido en el Congreso sobre la Mujer, celebrado en Pekín 1995 bajo los auspicios de la ONU.  Es un concepto malintencionado y mentiroso, por varias  razones: Primero, elude la denominación “violencia de género masculina” o “violencia masculina”, para así sacar de la vista ya de antemano la coexistencia de la violencia femenina, que también tendría que combatirse. Segundo, endilga que haya una violencia específica por dependencia de la mujer del hombre, cuando en realidad hay un complejo de dependencias mutuas. Tercero, porque promueve una idea racista, suponiendo que la violencia del hombre se dirige contra la mujer como género, y no  simplemente contra su pareja o ex-pareja. Que la violencia “de genero” no es un problema de género, sino de la agresividad humana propia, sugiere ya el hecho de que hay violencia de alrededor de 30% tanto en las parejas gay como en las parejas lesbianas. Y cuarto, que es violencia? Lo es un reproche que las activistas feministas fanáticas ya consideran un delito cuando es pronunciado por un hombre, y que en este caso quieren que se denuncie y castigue?   El concepto “violencia de género”  se  desenmascara así como arma de la lucha del extremismo feminista, bajo cuya denominación se está cometiendo en realidad una violación masiva de los derechos fundamentales de la parte no femenina de la población. Desconozco movimiento masculino alguno que pretende destruir a la mujer como género. En cambio,  el afán feminista sexista de estigmatizar y  criminalizar al hombre como tal, es justamente esto, un crimen de género, cuya propagación, provocación y consumación tendría que ser penalizado en un estado democrático de derecho.
Al extremismo feminista y su ideología totalitaria de género, que exige mirar, describir y tratar  todos los aspectos de la vida y de la sociedad bajo la perspectiva de género, dividiendo la humanidad en dos tribus enfrentados de mujeres y hombres así destruyendo la cohesión social y restando legitimidad a reivindicaciones justas de feministas igualitarias, se ha sumado en los últimos años el homosexualismo fanático de ambos géneros, que entiende la lucha contra la violencia “machista” como oportunidad única para acabar con la familia heterosexual como modelo base de la sociedad.  En la realidad actual el homosexualismo sexista ya lidera el radicalismo feminista y ha logrado infiltrar y secuestrar a grandes segmentos de la política, de los medios de la comunicación, y de la justicia.
Como es propio de una ideología totalitaria, el extremismo feminista está imponiendo incluso reglamentos de lenguaje como Códigos y Decálogos debuenas prácticas” en el tratamiento informativo de la violencia de género,  como el que firmó la Vicepresidenta Primera de la Junta de Castilla y León el 3/07/2006 y que prohíbe publicar ciertos hechos o testimonios de familiares y vecinos, permitiendo sólo el testimonio de “expertas en violencia machista”.
La violencia de pareja no es algo aislado. Forma parte de la violencia generalizada en la sociedad: La violencia entre niños, estudiantil (un tercio de los alumnos encuestados en  un estudio  de la Universidad Católica de Valencia admitió, que roba, insulta a profesores, y se mete en peleas),  lúdica (videojuegos, TV),   social, xenofóbica (social y administrativa), laboral, económica, política, ideológica/religiosa, de padres a hijos (cuando estos son pequeños), de hijos a padres (cuando son más grandes), y de ancianos y contra ancianos. Una consideración especial en el contexto de este artículo merece la violencia doméstica contra niños, quienes constituyen el colectivo más grande de victimas, más que el doble del conjunto de victimas  mujeres, hombres y ancianos, todos juntos. Sin que este hecho – siendo la situación de los niños mucho más dramática por su vulnerabilidad e indefensión  total - provoca tanta revuelta mediática y administrativa como la violencia “de genero”. Según el  Child Maltreatment Report 2006 del Ministerio de Salud de Estados Unidos, los agresores en maltratos de niños fueron en 39,9 % las madres, en 17,6% los padres, y en 17,8% ambos. En los casos de muerte de niños el autor fue la madre en 27,4%, el padre en 13,1%, y ambos en 22,4%.  También estas cifras no respaldan justamente la imposición feminista radical, que sólo el hombre sea violento y la mujer no. Pero a nadie se le ocurre reivindicar esta violencia contra  los niños como terrorismo feminista.
Cuales son las causas de la violencia? El fenómeno de la violencia es determinado por el fondo genético, la educación, las situaciones condicionantes, el desencadenamiento, y finalmente la consumación. Para combatir la violencia se debe influir directa- o indirectamente en todos estos factores.
  
     Un cierto stock de agresividad  es parte inherente de la psicología de todos los humanos, sean hombres o mujeres. Como  se maneja  este potencial agresivo se aprende (especialmente en la niñez) mediante el ejemplo de los miembros de la familia y del entorno social, y a través de la enseñanza proactiva por la familia, la escuela, y la sociedad en su conjunto. No atendiendo la violencia infantil por ser “cosa de niños”,  obstaculizando o objetando  la enseñanza ética intercultural e interconfesional en la enseñanza obligatoria (si bien la actual corrupción ideológica hace temer el adoctrinamiento entre otro en la ideología de género), la omnipresencia de la violencia como "normal" en videojuegos, películas,  televisión, prensa, y en la sociedad en general, y la falta de persecución y castigo de violencia que no es "de género", constituyen una educación para la violencia.
     Las situaciones condicionantes de la violencia son de origen interno (alteraciones psíquicas como baja autoestima; falta de autocontrol; frustración; maldad; sadismo; criminalidad genuina), o de origen externo  (educación deficiente; ambiente violento; drogadicción; enfermedad física; maltrato, acoso, amenaza, y discriminación, de cualquier origen; estrés  familiar o de pareja, escolar, laboral (empleo temporal, esclavitud camuflada), habitacional (encarcelamiento en pequeños pisos), económico, xenofóbico, etcétera). 
     El desencadenamiento de la agresión puede ser involuntario, como en el escape emocional,  o intencional,  para imponerse,  satisfacerse,  vengarse,  liberarse de una carga  amenazante o asfixiante, o conseguir bienes, poder, y estados sociolaborales, económicos, y políticos que serían difícil de conseguir legalmente, sin capacidad, o  sin esfuerzo.
      La consumación de la violencia finalmente se  produce como agresión  verbal, psicológica o física, o como una combinación de estas.
Creo que se requiere con urgencia un análisis profundo y responsable de la situación. Creo que hay que poner las cosas en su lugar.  Si se quiere frenar  la  violencia de pareja de verdad, se tiene que ser serio y  tomar medidas no sólo contra la violencia del hombre, sino también contra la violencia de la mujer y la violencia en general que está extendiéndose en la sociedad.
Qué se puede, qué se debe hacer?
I.
Medidas especificas: Desgenerizar y  desideologizar las leyes, las ayudas y la lucha contra la violencia de pareja y hacerlas más efectivas.
1)   
No castigo preventivo, sino ayuda preventiva. Cambiar el  castigo preventivo contra el género varón por la ayuda para ambos géneros. Simples conflictos de pareja no deben  -con la “ayuda” de individuos o grupos ideologizados o con intereses económicos -  desencadenar tragedias humanas. En vez de echar más leña al fuego y fomentar infundadas denuncias criminales u otras acciones destructivas, se logra mejor protección para la victima con medidas de pacificación, mediación y orientación, y con nuevas técnicas como los dispositivos de ubicación y telealarmas. Para tal efecto debe haber centros imparciales, no sólo contra la violencia  machista, sino contra cualquier violencia entre personas, compuestos por  psicólogos, trabajadores sociales, educadores psicosociales , y abogados, adonde puede acudir  cualquier maltratado, sea  mujer, hombre, niño o anciano,  en igualdad de condiciones y sin humillaciones, para ser escuchado, para buscar consejo, ser ayudado a recuperar o mejorar su autoestima, pedir mediación/intervención, obtener apoyo para la reconciliación o -en su caso- la  aceptación y superación de  la separación (la cual puede abrir también nuevas y mejores oportunidades para ambas partes en conflicto), sin sentirse derrotado, o para presentar denuncia. En caso de peligro objetivo el centro debe tener la potestad a iniciar de oficio  medidas policiales y judiciales. El teléfono 24 horas  016 debe atender a todas las victimas de la violencia, independientemente de su sexo o edad.
2)
Los recursos públicos económicos, organizativos,  y asistenciales deben ser distribuidos a instituciones y organizaciones que ayudan en forma equitativa a mujeres, hombres, niños, y ancianos,  y no a entidades que abusan de estos medios para lucrarse o  financiar su lucha ideológica particular,  incitando al odio y generando más violencia. Deben ser sometidas a las órdenes de la ley del Gobierno de 2003 y la ley de Igualdad, de 2007, que exigen un informe de impacto de género, a fin de poder modificar y corregirlas según su incidencia en la igualdad entre hombres y mujeres, sin sesgo sexista como ocurre en la actualidad.
La escasez y gran dispersión de los recursos económicos, por otro lado, y  la fragmentación aún más de la ayuda por organizaciones e instituciones involucradas que hace que la victima ni siquiera sabe adónde, a quién, y para qué específicamente mejor dirigirse, sugieren una concentración financiera, institucional y local de la lucha contra la violencia y de la ayuda a las victimas. Para 2009 fueron concertados oficinas de atención a  victimas de actos violentos en 3 hospitales de la Comunidad Valenciana. Estas oficinas estaban previstas a contar con la asistencia de un psicólogo o un trabajador social, más un letrado, con el fin de que, desde el propio hospital, se disponga de una primera orientación ante un eventual procedimiento judicial. Porqué no ampliar esta iniciativa y concentrar la ayuda médica, psicosocial, orientativa familiar, educativa, jurídica etc. que hasta ahora ejercen los centros de salud, centros públicos de orientación/mediación  familiar (en Valencia ni el Gobierno sabe donde están), y un sinfín caótico de organizaciones, instituciones, y administraciones, en Centros Integrales para la Convivencia, asentados en los principales centros de salud? Centros Integrales para la Convivencia que  -aprovechando la ocasión- atienden no sólo la violencia "de género", sino la violencia contra personas en general que está peligrando cada vez más la estabilidad de la sociedad?
3)
Por lo menos mientras dure el enfoque de igualdad de género en la sociedad, cada ley y cada medida administrativa  deben ser sometidas a una prueba no sesgada de su impacto sobre la igualdad, pero no sólo de "genero" y no sólo en lo económico, sino en todo a lo que se refiere la igualdad del Artículo 14 de la Constitución. La legislación sobre la violencia de pareja debe ser adecuada a la Constitución, al marco legal europeo, y a los Derechos Humanos plasmados en  la Carta de las Naciones Unidas. La penalización del  acoso (también del acoso sexual), de la agresión  verbal y física, y del homicidio  debe ser igual para hombre y  mujer. Denuncias falsas deben  ser castigadas con todo el rigor de la ley, y la instigación a la denuncia falsa debe ser tipificada y castigada como el delito mismo. Igualdad no se consigue  imponiendo una ideología racista y creando desigualdad. Igualdad  hay cuando el género no tiene relevancia social, legal, profesional ni política, porque todos tienen los mismos derechos y oportunidades, y cuando los medios de la comunicación no lamentan sólo el asesinato de una mujer por un hombre, sino también el asesinato de un hombre por una mujer.  La "Ley Integral Contra la Violencia de Género" actual descalifica España – y cualquier otro estado con semejante legislación- como estado democrático  de derecho.
4)
Los medios de comunicación deben desistir de prestarse a la lucha  ideológica  de un  grupo enloquecido de un género. Deben  comunicar y contabilizar agresiones y muertes violentas, sea de mujer, hombre, anciano  o niño, en forma seria, independiente, y equilibrada, evitando fomentar el odio sexista o incitar a la  imitación. El consumidor paga por información y no por adoctrinamiento (www.HumanRightsAction.org/information).  En caso contrario estos medios son un promotor  más de la  violencia.
II.
Medidas generales:
Fomentar todas las actuaciones u omisiones que crean justicia social y aseguran el bienestar psíquico-físico, cultural, social, y material de las personas, independientemente de su sexo, etnia, o confesión, reduciendo así su conflictividad. Desarrollar, enseñar, propagar, y practicar  la cultura de la convivencia pacífica en la familia, en los ámbitos de la educación, formación, trabajo, diversión, información, política, confesión, y en la vida privada y pública en general. Incluir en la enseñanza obligatoria un código simple de ética universal, interétnica, e ínterconfesional (www.HumanRightsAction.org/ethics). Y -last not least-  porqué no cambiar el Ministerio para la Igualdad en un Ministerio para la Igualdad y Convivencia, extendiendo el significado de igualdad a todas las personas? 
Hay muchas mujeres que sufren por la violencia de su pareja o ex-pareja. Pero también  hay muchos hombres que están en la misma situación. 
La lucha contra la violencia “de género" no se gana mientras que se niega la coexistencia de la violencia femenina y el alto nivel de la violencia en general en la sociedad, y mientras que se  premia cada nueva muerte de mujer con más dinero y más puestos para una corruptela feminista sexista  que se aprovecha del clima violento para llevar agua a sus molinos y estigmatizar y criminalizar a la otra mitad de la humanidad, los hombres heterosexuales.
Aparte del coste humano y social, y aparte del gasto público directo de esta cruzada sexista paranoica, ¿ ya se  ha calculado las pérdidas económicas a causa de la destrucción de existencias, proyectos, y empresas de los hombres afectados, y su impacto en el Producto Interno Bruto de España? 
Según el Dr. Murray Strauss  la violencia contra mujeres no terminará hasta que también las mujeres dejan la violencia.
Las actuales soluciones interesadas son contraproducentes y requieren urgentemente una profunda reflexión, revisión y reorientación. Para que haya menos sufrimiento y muertes de mujeres, - y  de hombres, niños, y ancianos.
                                                                                                                                                                                                          
                                                                                Copyright 2008/2011 Dr.Enno Winkler
                                                                         
Post scriptum personal  (22.08.10):
La contribución que antecede fue indagada y redactada en su primera versión entre 2007 y 2008 para el diario español  EL PAIS (Madrid), pero rechazada el 12.12.2008 por falta de espacio, pretexto no creíble ante el flujo incesante de artículos feministas beligerantes para los que sí hay espacio.
A pesar de la alegada falta de espacio,  el 4 .01.2009 la edición DOMINGO de EL PAÍS publicó una especie de respuesta de 5 paginas enteras, encabezado por una foto de pies de hombres vadeando por un charco de sangre, y con los titulares “¿Por qué las siguen matando?” y “Sangre de mujer”.
Ante la no publicación, el artículo que pretendía analizar sin sesgos el problema de la violencia “de género” y de la violencia en general en la sociedad,  y en plano personal abrir una vía de comunicación racional con mi mujer, fue dado a conocer en 2008 al Presidente del Gobierno, al Ministerio de Igualdad, a los partidos políticos, a otros medios de comunicación, y a organizaciones públicas y privadas vía correo ordinario o electrónico.
El diario español EL PAÍS es líder hispano en la desinformación feminista y homosexualista  sexista. Discrimina, miente, manipula y oculta información y opinión, engañando y ofendiendo al lector que paga por información y no por adoctrinamiento. Incita al odio sexista y por ende a la violencia, destruyendo parejas, familias y vidas. No sólo es miserable, lo considero criminal.
Algunos citados que ejemplifican  la línea editorial y el lenguaje sexista de El País:
1---“...las chiquitinas ven que el pobre chaval tiene todas las cosas sueltas al aire, con el  siguiente peligro de que se las amoraten a hostias, amputen con serrucho o lapiden
con lapislázuli.” (Maruja Torres, El País Semanal, 6.12.2009, p.8).
2--- “...se ha demostrado que las denuncias falsas, el SAP (Síndrome de Alienación Parental), (y) la violencia de las  mujeres... no son ciertas” (Miguel Lorente Acosta, Delegado del Gobierno para la Violencia de Género y asalariado del Ministerio de Igualdad, en un articulo tipificado como “Análisis “,  El País, 31.05.2010, p.39).
3---“Aún hay muchas mujeres que no saben que son maltratadas” (María Quintana, El
 País, 2.01.2010, p.33), (por lo cual  la Ministra Bibiana Aído anunció en Junio 2010, que va a intensificar las campañas de concientización.).
4--- “El SAP (Síndrome de Alienación Parental) se lo inventó en 1985 un tal Gardner... (psiquiatra norteamericano. Según Gardner, si un niño dice que su padre ha abusado de él, siempre es por el SAP, o sea, porque la madre, tan perversa ella, le ha comido el coco.) Este síndrome demencial ha sido universalmente desautorizado por la comunidad científica.” (Rosa Montero en un artículo titulado “Terror”, en el marco de la campaña de El País contra la custodia compartida. El País, 8.06.2010, contraportada).
5---“El aumento de mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas coincide con
campañas neomachistas... Algunos de los asesinos se han suicidado después. Podrían haber empezado por lo segundo, digo yo.” (Rosa Pereda, El País, 15.06.2010, p.27).
Justo esto último sin embargo, suicidarse “antes”, hace la mayoría de  los hombres maltratados muertos. Se quitan la vida marchándose en silencio y solo, engrosando las estadísticas inocentes de suicidios y accidentes. Y a nadie se le ocurre preguntar por qué lo hicieron. Criminales como maltratadores/as, instigadores/as al odio, y  asesinos/as verdaderos no suelen suicidarse. Los que matan primero y se suicidan recién después, muchas veces lo hacen por desesperación existencial y por no aguantar que ellos se  mueran mientras la causa de su infierno disfruta de su “victoria” y nueva vida. Esto no quiere saber ni publicar el feminismo patológico.
Adjunto la modificación de un llamamiento publicado en Internet el 10.12.2009:
Racismo de Género
La ministra Aído anunció en noviembre 2009 que su ministerio de Igualdad está trabajando en aumentar la protección de los menores expuestos a la violencia machista (idea que fue relanzada por el diario El País el 22/08/2010, p. 26-27).
Pero por qué no proteger también a los niños expuestos a la violencia de sus madres?  Según el Child Maltreatment Report 2006 del Ministerio de Salud de Estados Unidos, los agresores en maltratos de niños fueron en 39,9 % las madres, en 17,6% los padres, y en 17,8% ambos. En los casos de muerte de niños el autor fue la madre en 27,4%, el padre en 13,1%, y ambos en 22,4%.
Con que fin el Ministerio de Igualdad gasta tanto dinero público para  esconder, alterar y falsificar  realidades sociales y datos científicos? Y los medios de la comunicación? No es su deber democrático de informar correctamente y permitir una discusión seria, en vez de censurar, manipular y ocultar información y opinión?
Es escandaloso, que un gobierno que distribuye  millones de los impuestos de todos los ciudadanos para la “alianza de las civilizaciones”, en el propio país gasta aún más para dividir y enfrentar a los géneros que anteriormente no se entendieron como etnias diferentes, así destruyendo igualdad y cohesión social. ¿Es una mera coincidencia que el gobierno no invierte nada en la orientación/mediación familiar?
Leyendo casi todos los días publicaciones beligerantes de feministas racistas incitando al odio contra el género hombre, y teniendo en memoria fresca el linchamiento mediático del joven Diego P.V., quien resultó completamente inocente y constituye sólo la punta del iceberg de hombres maltratados y aniquilados, hace inevitable tomar medidas contra esta psicosis colectiva fomentada por el gobierno y los medios de comunicación. Por ejemplo:
1) emprender una campaña cartelera  en todo el país, a ser pagada por el ministerio de igualdad, con el lema
                                                   Igualdad de género, sí!
                                                   Racismo de género, no!
2) crear un Instituto del Hombre y un Observatorio de la Violencia hembrista,  con un presupuesto estatal igual a lo del Instituto de la mujer y su Observatorio de la violencia machista (20 millones Euros de dinero público).
3) realizar campañas de concientización también a los hombres españoles que todavía no saben que son maltratados, con financiación a cargo del ministerio de igualdad.
4) habilitar en Internet una lista abierta de “También yo fue maltratado por una mujer en mi vida”, en que pueden inscribirse los hombres y niños varones de todo el mundo que alguna vez fueron maltratados por una mujer/madre/hija/hermana.
5) exigir igualdad en el trato de los extranjeros indocumentados. No sólo las mujeres que denuncian a sus compañeros deben obtener la residencia legal, sino también los hombres que denuncian a sus compañeras.
6)  exigir una ley de igualdad de cuotas de género en redacciones, profesorados, alumnados universitarios, atención sanitaria,  etc. La  mitad mujeres, la otra mitad hombres.
7) presentar denuncias criminales contra la Ministra de Igualdad por incitación al odio sexista y  racismo de género, y por malversación de fondos públicos/violación de las normativas de la ley sobre el impacto de género de los recursos financieros públicos.
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Al hombre maltratado, a los niños maltratados, y a las familias destruidas falta claramente visibilidad. Pongámosla! Y sustituimos en proporción de igualdad a las/los racistas sexistas, aprovechadores, "héroes", y tontos útiles que tienen secuestradas a las redacciones, instituciones educativas, y administraciones, de donde intoxican impunemente a la sociedad e incitan al odio sexista y por ende a la violencia.
http://www.humanrightsaction.org/violence/spanish.html

Crítica del sistema carcelario

Resulta curioso comprobar cómo después de miles de años de civilización existen todavía determinados sistemas o instituciones humanas que permanecen esencialmente inalterables, por mucho que avancemos en otros terrenos como las ciencias sociales, la política o la tecnología. Un ejemplo es el sistema carcelario. Durante miles de años, el ser humano ha recurrido a las cárceles para eliminar a la delincuencia, y aunque haya cambiado en sus detalles la esencia del sistema permanece invariable.

Quizá la razón última de dicha permanencia es la sensación generalizada de que las prisiones son inevitables. Pero ninguna institución humana es inevitable si no está realmente justificada su existencia. A la pregunta de si las cárceles son realmente necesarias sólo se puede contestar respondiendo previamente a otra pregunta más inmediata: ¿es útil el sistema carcelario?

En ese sentido, la utilidad del sistema de prisiones viene determinada fundamentalmente por una triple función: punitiva (para castigar al culpable), preventiva (para disuadir al ciudadano de cometer delitos) y de rehabilitación (para reinsertar al preso en nuestra sociedad y evitar que vuelva a delinquir):

1) Función de rehabilitación. ¿Hasta qué punto se rehabilitan las personas que pasan por una cárcel? ¿La mayoría se rehabilitan o por el contrario reinciden luego de su estancia en ella? Resulta difícil entender cómo un ambiente carcelario, formado por todo tipo de delincuentes, puede ayudar a que una persona olvide la delincuencia. Parece más lógico, por el contrario, que la llamada "universidad del crimen" fomente nuevas relaciones entre delincuentes o el aprendizaje de nuevas formas de delitos. ¿Es una exageración decir que la cárcel en realidad fomenta la delincuencia, y que por tanto es contraproducente?

2) Función preventiva. Es más que discutible que las prisiones sean un eficaz sistema disuasorio contra la delincuencia. Si nos atenemos a los crímenes de sangre, la mayoría son pasionales y por tanto irracionales, y no es probable que una persona que actúa irracionalmente se detenga a sopesar de manera racional las consecuencias que conllevará la realización de su acto.

En lo que respecta al resto de delitos, la inmensa mayoría son debidos a situaciones de pobreza o marginalidad (hurtos, tráfico de drogas, etc.), es decir, o bien a la pura supervivencia o bien al ambiente, dos factores que probablemente pesen mucho más en la actuación de una persona que la amenaza de un futuro castigo. En este contexto, una medida preventiva sin duda más eficaz sería la eliminación de las bolsas de pobreza y marginación de nuestras sociedades.

3) Función punitiva. Ciertamente la cárcel supone un duro castigo para el delincuente, pero de poco sirve eso más allá de la simple satisfacción de un instinto primario de venganza. Y aparte de la nula utilidad de esa función, debemos considerar otros puntos de vista éticos y morales: ¿es lícita la privación de libertad de un ser humano? ¿Llegará un día en el que el derecho a la libertad sea considerado un derecho humano tan fundamental como el derecho a la vida, y por tanto ni siquiera el Estado pueda atentar contra él?

También hemos de tener en cuenta que al privar de libertad a un ser humano no sólo castigamos a ese ser humano, sino a todos los de su entorno. ¿Qué sucede con la familia de un penado? ¿Por qué se condena a dicha familia a renunciar a su ser querido? ¿Qué será de las personas que quizá dependan sentimental, material o económicamente del condenado, como unos padres, una pareja o unos hijos? Estamos hablando de una tragedia que trasciende el castigo a un único culpable para afectar a varios inocentes. ¿Es ético, por tanto, defender la función punitiva de la cárcel?

Otra cuestión que debemos añadir a las precedentes es la inmensa injusticia de los filtros sociales que desembocan en la cárcel. Me estoy refiriendo al sistema judicial que padecemos, desde el sistema de multas hasta las fianzas millonarias, pasando por la ausencia de gratuidad de la defensa judicial (lo que significa que los mejores abogados son también los más caros). Todo ello está diseñado con el fin evidente de castigar al delincuente pobre y volver impune al delincuente rico, lo que convierte a todo el sistema judicial en general, y al carcelario en particulario, en algo extremadamente perverso e injusto.

Se alegará que la razón de que el sistema carcelario permanezca invariable a lo largo de los siglos, a pesar de ser injusto, contraproducente, inútil y éticamente discutible, no es otra que la ausencia de una alternativa realista y viable al mismo. Pero lo cierto es que la humanidad no ha hecho ningún esfuerzo serio por replantearse dicho sistema, tal vez porque los delincuentes sean los últimos seres humanos de los que alguien querría preocuparse. De cualquier modo creo que ha llegado ya el momento de abrir un debate serio, sosegado y reflexivo sobre el sistema de prisiones con el fin de eliminarlo y reemplazarlo por otro (u otros, dado que la problemática que estamos tratando es variada y por tanto exige más de una solución) más útil, justo y humano.

domingo, 20 de marzo de 2011

Ramón Sampedro: 1 - Entrevista Mercedes Milá

SUICIDIO Y EUTANASIA

El suicidio es un ataque a la propia vida del que lo realiza y es impune en nuestro Derecho, pero esa impunidad no significa la indiferencia del mismo frente a este ya que la vida es objeto de protección en en campo penal, incluso, frente a la voluntad del titular del BJP, que no tiene derecho a disponer libremente de ella, y que, por lo tanto, no está legitimado para autorizar a los demás a que lo maten. 1

No se puede castigar a quien atente contra su propia vida, bien porque si el suicidio se consuma, no se puede castigar a un muerto, o bien, porque si no se consuma carece de sentido, desde el punto de vista preventivo general y especial, imponer una sanción a quien ha demostrado tener poco interés en la vida terrenal, sin mencionar que el castigo sería, seguramente, un problema añadido a su ya problemática existencia. No obstante, cuando en la toma de decisión del suicidio o en la ejecución del mismo intervienen terceras personas, el legislador no ha querido que la impunidad del suicidio beneficie a personas distintas del suicida y ha tipificado en el art. 143 CP una serie de conductas de participación en el suicidio que, de otra forma, probablemente hubieran quedado impunes sobre la base del principio de accesoriedad de la participación.

El suicidio debe ser un acto autónomo y dependiente totalmente de la voluntad del suicida. Se dice que el suicidio es, la consecuencia de una situación psíquica conflictiva pero también es un acto supremo de libertad. Si en el ejercicio de ese acto de libertad, una persona adulta decide suicidarse, las formas de participación y favorecimiento doloso por parte de terceros en esa decisión sólo pueden castigarse en la medida en que exista un precepto especifico que así lo disponga expresamente.

Desde el plano doctrinal y de lege ferenda se formulan propuestas de despenalización, incluso, Jakobs (1999) sostiene que debe considerarse impune la ayuda ejecutiva al suicidio, siempre que este sea un acto razonable de una persona autónoma y responsable, pero esto no siempre es así, no es lo mismo, respetar la voluntad de un anciano enfermo en estado terminal y que quiere poner fin a su sufrimiento que el deseo de morir de un joven en su primer fracaso amoroso o tras haber suspendido un examen.

Lo lógico sería que en los casos en los que la decisión del que no quiere vivir más debe ser respetada y facilitada en su ejecución (por ejemplo: en los casos de enfermedad mortal irreversible con grandes padecimientos) deben ser entendidas desde el punto de vista de diferentes autores como una causa de justificación y con una regulación legal especifica de las formas y requisitos necesarios para que ésta pueda llevarse a cabo.

TIPICIDAD.

Desde este punto de vista, son tres las conductas de participación en el suicidio que, como delitos autonomos respecto al homicidio o al asesinato, se describen en el art. 143 CP:
1) La inducción.
2) La cooperación.
3) La cooperación ejecutiva.

Naturalmente, para poder castigar la tentativa de inducción o cooperación al suicidio tiene que haber comenzado los actos ejecutivos de este hecho.

INDUCCIÓN AL SUICIDIO


La acción consiste en inducir a otra persona a que se suicide. La inducción ha de ser:

1) Directa.
2) Eficaz.

Da igual cual sea el método empleado para hacer surgir la determinación de quitarse la vida en el otro.

El suicida debe decidir quitarse la vida a causa de la inducción, no obstante, hay que tomar en cuenta que, no existe inducción si el suicida estaba ya decidido a quitarse la vida, el problema surge en como demostrarlo. Además de esto la voluntad de quitarse la vida debe ser, LIBRE y CONSCIENTE, de tal manera que si el suicida es incapaz de autodeterminarse, se convierte en un mero "instrumento" del inductor que, al tener el dominio del hecho, actúa en realidad como una verdadero autor, mediato, de homicidio o asesinato.

Otra cosa, es el caso de la provocación al suicidio mediante el engaño, cuando se crea ficticiamente una situación de la que se prevé se derive una reacción que lleve a alguien a matarse. Ejemplo: Decirle a una persona que tiene cancer y que morirá en dos meses padeciendo de fuertes dolores, sin insinuarle para nada la posibilidad del suicidio pero conociendo su psicología y presumiendo cual será su reacción.: el suicidio, que en efecto se produce (en este caso según Muñoz Conde, no debería hablarse de inducción sino de cooperación al suicidio en comisión por omisión).pues la ficción de enfermedad se crea en una situación para la vida del presunto enfermo, lo que es suficiente para afirmar la posición del garante del que crea la ficción, más aun si este es médico.

En el llamado "doble suicidio por amor" o en general en los "pactos suicidas" , en los que muchas veces uno de los pactantes sobrevive, cabe castigar al superviviente por la inducción al suicidio del otro, y si los dos sobreviven al intento, a los dos, ya que siempre habrá una "inducción mutua".

Solo es posible la comisión dolosa; sólo existe inducción al suicidio cuando el suicida haya sido intencionalmente inducido a darse muerte. El dolo del inductor debe referirse, por tanto, al suicidio.




1. Si el Estado no es totalitario y damos cabida a las teorías individualistas ¿No es un acto de libertad?. ¿No podemos disponer de nuestra propia vida cuando se nos antoje?. ¿Quien es el Estado para obligarnos a no renunciar a ese BJP que es la vida, PROPIA E INDEPENDIENTE?

COOPERACIÓN AL SUICIDIO

La acción consiste en realizar actos de cooperación al suicidio, pero esta cooperación debe llevarse a cabo con "actos necesarios". Teniendo en cuenta que en el art. 28.b CP se considera autores a los que cooperan a la ejecución del hecho por un acto sin el cual no se habría efectuado , habrá que entender aqui por "acto necesario" , un acto de cooperación sin el cual el suicidio no se hubiera llevado a cabo. De este modo, quedan fuera del ambito del art. 143.2, los actos de complicidad, es decir, los actos no necesarios.

En la doctrina se discute la posibilidad de cometer el delito de cooperación al suicidio por omisión. En la práctica, la punibilidad de la cooperación al suicidio por omisión depende de la prueba del dolo del cooperador. Muchas veces las conductas pasivas que favorecen el suicidio de otra persona no son más que imprudencias de quienes, por razones profesionales o familiares, tienen la obligación de controlar y vigilar a depresivos con tendencias suicidas y negligentemente dejan a su alcance productos tóxicos o armas de fuego. Pero normalmente la calificación para estos casos será la de homicidio por imprudencia si se dan los requisitos exigidos.

Solo es posible la comisión dolosa. El que coopera con actos necesarios al suicidio de otro ha de conocer la voluntad de privarse de la vida de la otra persona y querer ayudarle ha conseguir su propósito.

COOPERACIÓN EJECUTIVA AL SUICIDIO

Aqui no solo se coopera sino que se lleva esta cooperación hasta el punto de ejecutar la muerte del que no quiere vivir más.

en proceso...

ASESINATO

Art. 139 CP: "Será castigado con la pena de prisión de quince a veinte años, como reo de asesinato, el que matare a otro concurriendo alguna de las circunstancias siguientes:"

1º.-Con alevosía.

2º.-Por precio, recompensa o promesa.

3º.-Con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido.

En el código penal se define la alevosía (art.22,1º), cuando el culpable comete cualquiera de los delitos contra las personas empleando en la ejecución medios, modos o formas que tiendan directa o especialmente a asegurarla, sin el riesgo que para su persona pudiera proceder de la defensa por parte del ofendido.

De lo antes expuesto se entiende que la esencia de la alevosía se encuentra en la existencia de una conducta agresora que tiende objetivamente a la eliminación de la defensa, en cuanto supone el aseguramiento de la ejecución con ausencia de riesgo, frente, por ejemplo, al mero abuso de superioridad, que tiene presente una situación que tan solo tiende a debilitar la defensa que pudiera efectuarse- Así pues, una de las modalidades de ataque alevoso es el realizado por sorpresa, de modo súbito e inopinado, imprevisto, fulgurante y repentino (STS núm. 382/2001, de 13 de marzo y las que se citan en ella). En estos casos es precisamente el carácter sorpresivo de la agresión lo que suprime la posibilidad de defensa, pues quien no espera el ataque difícilmente puede prepararse contra él, al menos en la medida de lo posible.